La producción lechera de Nueva Zelandia ocupa un lugar destacado en el escenario mundial. Este resultado comienza a construirse a partir de una fuerte vinculación de los productores con la tierra y los recursos naturales, que se extendió al ámbito técnico y científico.
El sector lácteo del país se ha caracterizado durante mucho tiempo por fomentar la investigación y la innovación, con sólidas inversiones en educación, genética y salud animal, producción de semillas, equipos agrícolas, sistemas de trazabilidad y tecnología de manejo de pastos. Uno de los beneficios de esta relación directa con la investigación es que Nueva Zelandia es el país con menor huella de carbono en la producción láctea, según un estudio encargado por Dairy New Zealand y realizado por AgResearch, que evaluó 18 países, entre ellos algunos de los mayores productores de leche del mundo.
Aunque pequeño, Nueva Zelandia tiene números expresivos en el comercio internacional de productos lácteos. Son más de 3,800 productos lácteos exportados al mes a más de 100 países. Solo en el caso de la mantequilla, los neozelandeses poseen casi la mitad del mercado mundial.