Con casi 3.4 millones de bovinos de carne y más de 26.2 millones de ovinos, Nueva Zelandia se destaca en el agronegocio mundial en estas dos actividades por su productividad y altos estándares de calidad. Este logro proviene de la combinación de selección genética basada en criterios económicos, técnicas de manejo avanzadas y manejo eficiente por parte de los productores. Todo ello basado en la producción de pastos con rebaños rastreados y controlados, lo que supone una gran ventaja comercial. La apuesta por la diversidad de opciones de gestión tiene como objetivo el mejor rendimiento de los rebaños y la máxima rentabilidad para los ganaderos, sin renunciar a la eficiencia en la preservación del medio ambiente y velando por el bienestar de los rebaños.
Tanto es así que Nueva Zelandia se ha convertido en un líder mundial en bienestar animal, según el Índice de Protección Animal de World Animal Protection. La calidad de vida de los agricultores también es una prioridad en esta ecuación.
La tecnología y los sistemas desarrollados en el país permiten a los productores ganar eficiencia en el campo al mismo tiempo que optimizan el uso de su tiempo, sus equipos y su capital, estimulando el avance de sus negocios.