Una larga historia, llena de tradiciones que hablan sobre el respeto por las personas y la naturaleza, caracteriza a la agrotecnología de Nueva Zelandia, país número uno del mundo en facilidad para hacer negocios, atributo que lo convierte en un efectivo trampolín que destina alimentos a todo el mundo.
Es en este país de Oceanía donde se valora la innovación tecnológica como uno de los principales insumos para el desarrollo de los agronegocios; de cada una de las cadenas productivas del sector primario, tras el asertivo rol de productores que transforman ideas en negocios eficientes y rentables, todo esto, desde escenarios diarios y reales: el campo, los huertos.
La innovación puede superar lo imaginable en Nueva Zelandia. Su agrotecnología combina el aporte de los ingeniosos agricultores que trabajan para otros como ellos y modelos de inversión que fomentan la colaboración entre diferentes segmentos e industrias; ejecutada por personas que entienden los desafíos reales del día a día de las fincas y que buscan maneras de mejorar su producción, rendimientos, salud animal y la sostenibilidad.